Pensar como perrx

Nuestro mayor conflicto con nuestrx amigx perrx es la comunicación, y esto comienza desde nuestra errónea idea de que piensan como nosotrxs, de aquí partimos a la nada recomendable y muy común “humanización”, aunque suelan responder casi por completo a nuestras ideas o peticiones. Esto se da por mucho debido a una asociación de circunstancias que les creamos y que lxs llevan a adaptarse a la manera que más les convenga y según lo hayan entendido, y más aún si éstas se dan apoyadas en estímulos mecánicos constantes como premios o correcciones.

Sin hacer a menos su capacidad de comprensión y resolución de circunstancias, es su instinto y pensamientos más simples y concretos lo que lxs diferencia de nuestra manera de actuar. Nosotrxs solemos complicar los mensajes porque estos están llenos de energía creada por nuestros conflictos personales y el ritmo de vida que hemos decidido adoptar. Solemos hablar de más y no ser ni continuxs ni congruentes.

La base para que haya un mensaje adecuado, es que exista congruencia entre el mensaje verbal y el corporal. Si éste es en tonos aptos (y según el resultado que obtengamos) habrá que repetirlo o reformarlo con estímulos positivos (tono agradable, caricias, jueguetes y otro). Es de suma importancia entender que no podemos aspirar a que piensen como nosotrxs y, sí podemos ver como nuestra misión aprender cómo piensan, para tener una comunicación adecuada y, por ende, una relación más justa y clara.

Más allá de su capacidad de pensar, de su personalidad (perronalidad) y de ciertas características de raza o mestizaje, su comportamiento y respuestas a nuestras demandas o mensajes dependerán de su pasado y su presente (traumas, condicionamiento, trato, rutinas a las que lxs acostumbramos, circunstancias específicas y ambiente en general).

Si “dejamos” de ser humanxs (dejar de pensar de más, usar la lógica extrema) y, bajo los términos perrunos, pensamos como ellxs, obtendremos una comunicación más simple y natural; por ende, una relación más sana y fructífera.

Habremos de enfocarnos en ciertas actividades que serán el pilar de una relación objetiva y funcional.

Algunas de estas actividades conscientes son:

  • Acariciarlx
  • Afecto
  • Alimentación
  • Juegos
  • Socialización
  • Paseoso
  • Retos nuevos
  • Juegos
  • Paseos
  • Socialización
  • Comida
  • Retos nuevos

Recuerda:

  • Las soluciones no se dan por “arte de magia” o en relación a la maduración de tu amigx perrx, aunque influya, pero en cada caso varía.
  • Existen diversas formas de dirigir su energía a favor de la relación, y esto dependerá en inicio de las rutinas que establezcas y los objetivos diarios, semanales y/o mensuales, hasta lograr una relación clara y estable.
  • Crea actividades que fortalezcan la relación y que satisfaga a ambxs.
  • Nunca olvides que es un ser vivo y no una cosa para distracción propia o de lxs demás.
  • No porque tengas un espacio amplio tienes que llenarlo de perrxs.
  • Nunca esperes que tu compañerx perrx sea un “guardián” por acto “natural”, porque aunque así aparente darse en algunos casos, no es su función como tal, pues es un ser vivo, no un esclavo, ni una máquina programable. En caso de verse como tal, jamás te respetará (te temerá) y si comete algún error, seguramente terminarás juzgándolx y la relación acabará en maltrato y/o abandono.

SI NO TIENES TIEMPO, NO TENGAS PERRX.

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