Vivimos en un mundo en el que tener a otro animal como compañero se considera una normalidad. Hay una falta de consciencia sobre las consecuencias de la cría y el cautiverio que implica la compra de un animal, tanto para los propios animales como para los ecosistemas. Este artículo proporcionará una perspectiva antiespecista y abolicionista sobre el tema, destacando los principales factores que intervienen en dicha problemática.

Cría selectiva

Durante siglos algunas personas han experimentado con producir animales que se vean o se comporten de cierta manera. Seleccionar animales con características específicas y forzarlos a producir descendencia es una forma de reproducción capitalista que sólo obedece a una cultura de opresión por parte de algunas personas. En consecuencia, esto a menudo conduce a problemas de salud para lxs animales en cuestión. Por ejemplo, lxs perrxs criados para tener patas cortas, como lxs perrxs salchicha, tienen las patas arqueadas, susceptibles de dislocarse en la rodilla, mientras que los animales con caras planas, como el carlino (Pug), suelen sufrir problemas respiratorios. Sus vidas son dictadas por humanxs incluso antes de nacer y esto tiene un impacto masivo en su salud y bienestar, debido al control de los humanxs.

La supuesta superioridad de raza también entra aquí, pues mucha gente cree que comprar a criadores de “pedigrí” hace que su animal de compañía sea superior a los demás. Como resultado, están dispuestos a pagar grandes cantidades de dinero al criador, contribuyendo así a la industria de la cría y alimentando el ciclo de reproducción forzada. Esta idea de “superioridad” lleva a que los animales de “pura raza” sean muy deseados.

Tráfico ilegal

A diferencia de los gatos y los perros, los animales conocidos como salvajes o exóticos no han sido sometidos desde su nacimiento. En su lugar, a menudo son arrancados de su entorno natural y vendidos a quien los desee. Estos incluyen aves, peces tropicales, reptiles y anfibios.

Estas criaturas se mantienen en pequeños espacios y se les da un ambiente artificial para vivir. Incluso la más grande de las jaulas o tanques es diminuta en comparación con el espacio que tendrían en la selva, el océano o el cielo. Al comprar animales exóticos, les negamos el derecho a una vida libre, incluyendo la capacidad de reproducirse, alimentarse en la naturaleza y vagar libremente en su hábitat natural, bajo sus términos.

La eliminación de animales exóticos de la naturaleza también perturba el ecosistema y tiene un impacto negativo en el medio ambiente. La recolección de peces tropicales, por ejemplo, contribuye a la desaparición de los arrecifes de coral y las selvas tropicales, ya vulnerables, que pierden animales que de otro modo estarían transportando y esparciendo semillas, que más tarde crecerían hasta convertirse en plantas y árboles.

La compra de animales de compañía

Ningún animal debe estar en cautiverio. Cuando compramos animales de compañía, los mal llamados “mascotas”, estamos validando la creencia de que los animales son de nuestra propiedad. Puede no parecerlo en la superficie, pero estas criaturas tienen poco o ningún control sobre sus vidas. Esto incluye todo lo que hacen: cuándo van al baño, cómo se reproducen, en qué horarios comen y qué comen, si socializan con otrxs animales o no, el espacio que habitan o mutilaciones en partes de su cuerpo. Cada vez que alguien compra a un criador, el ciclo continúa. Se seguirán produciendo y vendiendo más animales como animales de compañía, todo para el disfrute de los humanos.

Adopción y rescate de animales

El sometimiento de los animales existe, nos guste o no, y mientras siga así, el cuidado de los animales que han sido sometidos a crueldad, abuso o negligencia seguirá siendo necesario, porque la domesticación es lo que llevó a su vulnerabilidad en primer lugar. En un mundo ideal, todos los animales podrían vivir sus vidas libremente. Pero hasta que eso ocurra, deberíamos prepararnos lo más posible para cuidar de los animales rechazados y explotados por una sociedad especista, lo cual inevitablemente nos llevará a preguntarnos qué darles de comer sin contribuir a las industrias que explotan a otros animales.

A menudo se cree que los perros y los gatos no pueden vivir una vida sana sin ser alimentados con productos que vienen mezclados con partes de otros animales, aunque hay especies, como los perros, que pueden vivir con una alimentación completamente basada en plantas correctamente planificada. Dado la extenso del tema les recomendamos ver estos vídeos para informarse al respecto:

https://www.youtube.com/playlist?list=PLKGn8o4fKwKKV-QSwxbKSRbYSIrsFOG3D

Referencias

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