Carmín: el asesino de animales menos conocido

Hablemos de cochinillas 

¿Sabías que hay más de un millón de especies diferentes de bichos e insectos en la Tierra? Sin contar, por supuesto, las que lxs humanxs no conocemos. De algunxs sabemos muy poco y solemos confundirlxs. Por ejemplo, ¿sabías que las cochinillas comunes no son insectos? 

En realidad, las cochinillas son unx de lxs pocxs crustáceos que viven en tierra. Lxs crustáceos incluyen a cangrejxs, langostas y camaronxs y la mayoría de ellxs viven en agua dulce o en el mar. Son crustáceos todxs aquellos animales que tienen un caparazón rígido o exoesqueleto, el cual lxs rodea como una corteza. A diferencia de lxs insectos, tienen más de 8 patas, a menudo más de una docena. 

En el caso de las cochinillas, ellxs miden entre cinco milímetros y centímetro y medio, viven de 2 a 3 años, en su vida logran tener de 20 a 200 crías y se encuentran en prácticamente todo el planeta, con excepción de Europa, Nueva Zelanda y las costas de Australia. Pertenecen al Orden Isopoda, Suborden  Oniscidea por lo que se les llama oniscídeos y existen en una gran diversidad de colores y formas. Pueden vivir en cactus, bosques o jardines, por ejemplo. En muchos lugares se les conoce como “cochinilla de la humedad”, “cochinilla roja” , “piojo rojo”, “chanchito de tierra” o “marranito”. 

Sus caparazones no tienen la capa cerosa impermeable que sí tienen los insectos, por lo que ellas tienen la capacidad de secarse rápidamente en el aire. Es gracias a su caparazón de planchas articuladas que pueden proteger su cuerpo blando. Su exoesqueleto está estructurado en zonas articuladas por líneas que le permiten enrollarse sobre sí misma y flexionar su rígido caparazón, para adoptar la pose conocida de “bolita”. Su caparazón es su principal modo de defensa, pero otro bastante interesante es su mal sabor, que elabora con fluidos corporales, por lo que muchxs depredadores lxs evitan. Son animales que mudan sus segmentos del caparazón. Mientras menos segmentos tengan significa que son más jóvenes, el séptimo, por ejemplo, aparece solo después de la primera muda. 

Son animales nocturnos, que socializan bastante con su propia especie y que prefieren la oscuridad. Comen materia vegetal en descomposición aunque también son carroñerxs que excretan nutrientes en el suelo, por lo que son consideradxs recicladores naturales. En vez de producir orina ellxs excretan amoniaco. 

Pero, hay otras cochinillas

Unxs que sí son insectos, aún más pequeñxs que las cochinillas de humedad y que son conocidas por el nombre de “cochinillas del carmín”, debido a que sus cuerpos por dentro son de este color y es el color, en realidad, el que debe su nombre a las cochinillas y no al revés. 

Estas cochinillas (Dactylopius sp) son insectos hemípteros que se alimentan de savia y viven en plantas pertenecientes a la familia Dactylopiidae, cuyo huésped son los nopales o tunas. Se lxs conoce también con los nombres: grana cochinilla, cochinilla grana, nocheztli o simplemente cochinilla. 

Los estados del ciclo de vida de la cochinilla son: para la hembra, huevo, ninfa I, ninfa II y adulta; y para el macho: huevo, ninfa I, ninfa II capullo, pre-pupa, pupa y adulto; que significa que las hembras no desarrollan alas. 

¡La hembra llega a poner hasta 400 huevos en su vida! Puede tener entre 5 a 80 crías cada vez y puede reproducirse 2 o 3 veces al año. Ella tiene un tamaño de unos 6 mm y apenas se mueve en los tallos. El macho, más pequeño y con alas, no supera los 2,5 mm.

Para su reproducción, existe un comportamiento social peculiar que consiste en que el macho sube sobre la hembra y la acaricia con sus patas delanteras. Después se coloca a un lado, se arquea bajo el cuerpo de la hembra e introduce el esperma en una de las dos aberturas genitales que esta tiene (una a cada lado del cuerpo). A continuación repite la operación al otro lado. En el abdomen, las hembras cuentan con una especie de saco. Es en este órgano donde guardan los huevos fecundados. De los huevos salen las crías, que permanecen allí hasta que hacen unas cuantas mudas. ¡Su saco es comparable al marsupio de otros animales como tlacuaches, koales o canguros! 

Pero ¿cuál es el gran problema de las cochinillas? La discriminación y explotación humana, por supuesto. 

A pesar de que las cochinillas son animales que, como todxs, incluyéndonos, pueden sentir, tienen un valor intrínseco y tienen un derecho natural a la libertad, ellxs son asesinadxs en jardines y plantaciones o secuestradas de sus hábitats y asesinadas por humanxs que las convierten en un “producto” que se adjudican como propiedad, a pesar de que esto es contrario a la ética, todo lo cual les quita forzadamente toda comprensión de sus seres como animales y seres sintientes para volverlas colorantes. 

Cabe resaltar que, el tipo de cochinilla explotada para la industria de los colorantes puede ser blanca o grisácea por fuera y roja por dentro, y recibe una explotación sexista debido a que las que son secuestradas y asesinadas son las hembras, debido a que no tienen alas y son más grandes y esto las hace más fácil de manipular para lxs humanxs quienes, luego de extraerlas de sus hábitats las forzan a morir bajo el sol hasta que mueran por deshidratación. Entonces serán empaquetadas y vendidas, casi siempre para exportación. 

Todo esto sucede engañando a lxs consumidores que muchas veces no saben que sus alimentos, pinturas para el arte, labiales o maquillajes están hechos de animales hembras molidas. Además, muchas empresas tienen el descaro de llamar ecológico a estos colorantes, lo cual significa que no han comprendido la definición de “ecológico” pero quieren abusar del interés de lxs consumidorxs por optar por productos más éticos. 

Desafortunadamente, el colorante carmín ha sido largamente romantizado, al hablar de él como un producto usado por pintores clásicos, de origen latinoamericano y prehispánico que colabora con la manutención de poblaciones en Perú principalmente, todo lo cual significa el borramiento de la violencia implícita en su elaboración, para así borrar a lxs cochinillas, que son las víctimas a quienes hay que proteger. 

También, la industria alimentaria y farmacéutica mienten por omisión cuando alegan que usar carmín es “más saludable” que otros colorantes, puesto que esto sólo oculta el hecho de que, en general, los alimentos con colorantes no son saludables y que el único propósito de estos es engañar al consumidor para hacerlos más atractivos visualmente. 

Desafortunadamente, muchos productos que incluyen carmín no son etiquetados adecuadamente y no lo indican, algunos solo agregan entre sus ingredientes las palabras “cuatro rojos naturales”, “colorante rojo natural n.º 4” o el código “E-120”. 

El color rojo del interior de sus cuerpos proviene del ácido carmínico, que constituye cerca de un cuarto del peso del insecto, y que es un mecanismo de defensa que le permite ahuyentar a sus depredadores debido a su mal sabor. De manera que su color no existe para la explotación y enriquecimiento innecesario de parte de lxs humanxs quienes procesan sus cuerpos no sólo para usarles como tintura roja, también violeta, naranja, gris y negro, lo que significa que otros tonos de colorantes de alimentos, maquillajes y material de arte también podrían venir de la explotación de lxs cochinillas sin que lo sepamos. 

Asesinatos masivos de cochinillas

Por la violencia especista, se asesinan cerca de 140,000 cochinillas para convertirlas en tan solo 1 kg de tintura. O sea que ¡para un solo gramo de carmín son asesinadas 140 cochinillas! ¿No te parece absurdo, innecesario y profundamente violento? 

Cabe decir que, en sólo un año, Perú (quien lidera el mercado global) exporta aproximadamente 647,000 kilos de carmín, lo que significa que sólo en este país son asesinadxs 90,580,000,000 (noventa mil quinientos ochenta millones) de cochinillas al año, sin contar las que asesinan y usan en el mismo Perú. También son explotadas masivamente en España, México y otros países del mundo que, en conjunto, producen más de 1,110 toneladas de tintura de los cadáveres de las cochinillas, lo que significa que anualmente son asesinadas 154,000,000,000 (ciento cincuenta y cuatro mil millones) de animales hembras para la elaboración de unos cuantos kilos de colorantes. ¿No es esto una matanza brutal y terrible? Además de injustificada. 

Queda claro que desde el punto de vista de lxs consumidores veganxs, vegetarianxs, éticos, conscientes y ecológicos es absolutamente funesto todo esto. Reconozcamos de modo urgente que esta industria se coloca en el tercer lugar de las explotadoras de animales (solo después de la industria pesquera y la industria ganadera), al contribuir masivamente a la cultura de dominación antropocentrista y la economía especista que se refleja en la muerte de miles de millones de animales. 

Más engaños y problemas de justicia social por la explotación animal 

Por otro lado, las empresas encubren y engañan a comunidades productoras y consumidoras al argumentar que el secuestro de las cochinillas es un trabajo que promueve el desarrollo de las mujeres trabajadoras y que fortalece modelos de producción campesina, cuando todo esto está bastante lejos de la realidad, dado que la explotación de las cochinillas significa también la explotación sexista de mujeres que son consideradas mano de obra barata, mediante el emprendimiento de modelos vendidos por grandes empresas a comunidades vulnerables a quienes hacen promesas de desarrollo, pero no explican con claridad que esta industria significa el secuestro, tortura y asesinato de animales sintientes. Nadie, humanx o no humanx, debe ser sometido a los engaños y la explotación del capitalismo y el especismo. 

Soluciones contra la explotación de las cochinillas 

Afortunadamente, muchos grupos defensores de los derechos de lxs demás animales han creado fuertes campañas para evitar el uso de estos aditivos producto de la explotación animal. Entre ellas, por ejemplo, se encuentra la campaña pedagógica de Brigada Animal México sobre las cochinillas y su explotación de 2021, la campaña de  PETA en contra del uso de carmín y la campaña popular en la que en 2012, clientes de Starbucks se quejaron de su uso, lo que condujo a que la compañía dejara de participar en esta forma de explotación y cambiara al uso de licopeno, un extracto natural a base de jitomate.

Otra alternativa comercial es la betanina, proveniente del betabel. Pero la alternativa más importante de todas implica abandonar toda práctica que implique violentar a otrxs y, por eso, nuestra recomendación es evitar todo uso de las cochinillas o cualquier otro animal. 

Sin importar si es una exposición de arte hecha con cochinillas que alega ser un “uso y costumbre” o si representa el empleo de personas en Sudamérica, no existe justificación para el asesinato, uso, explotación, tortura o discriminación de ningún animal, incluyendo, por supuesto, a lxs cochinillas. 

No contribuyas a ninguna forma de explotación animal. Revisa los ingredientes de cualquier producto antes de comprarlo y si tiene colorantes: no lo compres. Recuerda que incluso si dice “colorante natural” puede provenir de la molienda de los cuerpos de lxs cochinillas. 

Exige a las empresas que sea abolida esta y otras prácticas especistas, informa a otrxs al respecto (¡comparte este artículo!) y adopta el veganismo como práctica ética y política. 

Recuerda que tu acción es importante. Únete y sé unx brigadista por la liberación animal. 

Referencias

  • Amber Books Ltd. (2009), Bichos. Los insectos más terroríficos, Editado y publicado en español por Editorial LIBSA, Madrid. 
  • Catalá-Oltra, M., Granero, M. y Rodrigo, E. (2010), Estudio comparativo de la morfología y biología de Dactylopius coccus Costa y D. opuntiae (Cockerell) (Hemiptera:Dactylopiidae), dos especies presentes en la Comunidad Valenciana. Boletín de Sanidad Vegetal – Plagas (36): 23-35. 
  • Dorling Kindersley Limited (2004), E.explora Insectos, Editado y publicado en español en 2007 por Editorial Cordillera de los Andes, México. 
  • Happy Flower (s/f), “Los 5 tipos de cochinillas más comunes”, consultado el 28 de junio de 2021 en https://happyflower.mx/los-5-tipos-de-cochinilla-mas-comunes/
  • Helen Soteriou y Will Smale (2018), “Cochinillas: los insectos latinoamericanos que le dan color a lo que comes”, BBC Business, publicado El 28 mayo de 2018 en: https://www.google.com/amp/s/www.bbc.com/mundo/noticias-43940416.amp
  • Ríos-Cortés Ada María, et. al. (s/f), Grana Cochinilla, Instituto Politécnico Nacional e Instituto Tecnológico de OrizabaEstudio pagado por la comercializadora e importadora de equipo para laboratorio LABEQUIM, México. 

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