Sí, la explotación de animales para la industria alimentaria, la farmacéutica, el entretenimiento y más es terrible. No hay otro modo de nombrar a la violencia especista. Es brutal secuestrar, violar, mutilar, asesinar y forzar animales a hacer cuánto cruce la imaginación antropocentrista. Por eso la única solución es la vida en el veganismo, la educación vegana, la práctica vegana y el consumo vegan. Pero, esta última parte tiene sus temas a comprender y merece un entendimiento crítico. ¿Por qué? Porque no es suficiente que un producto no tenga ingredientes de origen animal o que no involucre en su producción la explotación de individuos no humanxs para asumir que ese es un producto “vegano”. Aún puede haber problemas éticos en la leche vegetal, por ejemplo, que signifiquen que hay afectaciones para otrxs animales.

Vámonos por partes. Primero que nada: usamos las comillas para hablar de productos “veganos” porque técnicamente hablando ningún producto es vegano, puesto que el veganismo es una práctica política y no comercial, por lo que ningún fideo, platillo o maquillaje se puede categorizar con una postura política, sería como decir “yo como fideos feministas y uso maquillaje antirracista”, pero no, quien tiene una postura vegana, feminista o antirracista es lx consumidorx, es decir, la persona, no el producto. Sería incorrecto decir que algo es vegano (por más que nos guste decir que la pizza vegana es deliciosa), pero podemos decir que es basado en plantas, libre de explotación animal o “apto” para veganxs, que es diferente.

Por otro lado, incluso si un producto no lleva ingredientes de partes de animales o no usó esclavxs animales para su elaboración, puede seguir siendo un producto no ético, tanto por sus repercusiones a lxs animales no humanxs, como por su reproducción de la opresión humana. ¿Cómo así? Imagina que compras galletas Oreo porque todxs dicen que no llevan ingredientes de origen animal, así que son “veganas”. Bueno, el tema es que su producción implica, por un lado, el uso de aceite de palma que deforesta bosques y selvas donde viven orangutanes y otrxs animales, que son literalmente quemadxs vivxs para obtener las tierras donde se siembran las palmas; así como el uso de azúcares de empresas como Cargill, que se dedican a deforestar el Amazonas y matar animales en mataderos de más de 70 países; pero además, por otro lado, estas distintivas galletas pertenecen a una empresa que se caracteriza por la importación de materias primas obtenidas a través de la esclavitud de mujeres y niños en diferentes países, principalmente de África, Asia y América del Sur.

¿Qué significa lo anterior? Que las Oreo no son veganas, no son ni aptas, pero, además, consumir productos como las galletas Oreo no sólo afecta directamente la vida de millones de animales, sino que afecta la biodiversidad, el equilibrio ecológico, la soberanía alimentaria, la justicia laboral y bueno… ni qué decir de la salud.

El ejemplo de Oreo se repite con muchos otros productos como cervezas, refrescos, maquillajes, etcétera, que son productos del saqueo de manantiales, testeo en animales y más, todo lo cual tiene afectaciones directas sobre la vida de lxs animales. ¡Y todavía ni mencionamos todos los paquetes, plásticos, costos ecológicos de transportación y más que tienen los productos!

Pero volvamos ahora a la parte de la explotación humana. No podemos defender congruentemente a lxs animales y al medio ambiente sin preocuparnos también por la vida de lxs seres humanxs en condiciones laborales terribles, pues el ser humano, como animal, al fin y al cabo, también está dentro de la ética vegana en contra de la explotación. Pero, además, reproducir la violencia hacia otrxs seres humanxs da lugar a normalizar otras formas de opresión y toda forma de opresión tiene el mismo principio de dominación y abuso, tanto como el especismo, por lo que estar en favor de una forma de opresión significa normalizar cualquier otra. 

Esto quiere decir que no hay congruencia en la lucha por la liberación animal cuando no se está en contra también de otras opresiones de clase, de sexo, ecológicas y más. Y por esto, la congruencia y el éxito en la lucha por la liberación animal depende de la lucha interseccional, es decir, de comprender que las violencias, opresiones y luchas están conectadas, puesto que la violencia especista existe como consecuencia directa de la violencia capitalista, patriarcal, etcétera.

Así que por favor: antes de comprar cualquier cosa, infórmate sobre su producción y sólo elige aquellos productos éticos que no están afectando a otrxs. Informa a otrxs y comparte este artículo y su información, pues esas grandes empresas no éticas están desinformando y compartiendo también. Demos más fuerza a nuestra voz por la justicia.

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