Históricamente, los animales no humanxs han sido forzadxs a cumplir el papel de servidores de servicios para satisfacer nuestras necesidades a niveles básicos y también otras actividades altamente ridículas, como: el entretenimiento en circos o el absurdamente llamado “arte” taurino y es que, aunque pudiera ser incorrecto comparar el trabajo forzado que realizan los animalxs no humanxs en circunstancias como: apoyo para salvar la vida de un humanx o en apoyo a alguna discapacidad, en comparación con la satisfacción de necesidades más banales de entretenimiento, las preguntas clave en estas actividades es si ¿a ellxs les interesa hacerlo? y si es que ¿los procesos para lograrlo son adecuados y ante todo éticos?
Por supuesto, en Brigada Animal México estamos en contra de toda forma de explotación, sin importar la especie, la actividad o la manera, puesto que el especismo, como discriminación y práctica violenta que conlleva la utilización de los animales no humanxs, debe ser abolido a como de lugar.
Empezando por lo que fue la primer etapa de domesticación con los lobos hoy siendo perros y desde entonces aliados en actividades de cacería, la pregunta que nos concierne es el cómo se les llevo al uso de esta primer actividad y cómo ha avanzado a la fecha con técnicas variadas y desde luego a la par del abuso en la creación y la reproducción sexual forzada (crianza) de diferentes razas para dicho objetivo. De aquí cabe resaltar el radical racismo que existe para la aplicación de ciertas actividades, como los perros lazarillos o de rescate, por ejemplo, en las que se suele dar preferencia a ciertas razas, discriminando a perros mestizos que se pueden desempeñar de igual o mejor manera, ya que no sufren de consecuencias médicas y de comportamiento heredadas por el abuso de la reproducción (crianza). Considerar esto beneficiaría enormemente a la reducción de la crianza de razas y podría aumentar las adopciones. Aunque claro, lo que habría que premiar es la desaparición de todxs los animales de servicio y más que de ellxs: la desaparición de sus explotadores y la legalidad de estas actividades.
Pero, más allá del tipo de animal que se use, ya sea de raza o no (porque al día de hoy se manejan animales variados como pavorreales o cerdos vietnamitas como terapistas o ratas para localización de minas), lo que tenemos que analizar es el cómo se les selecciona y se les enseña a cumplir con nuestros objetivos. Y si ¿es justo el uso de otras especies para solucionar nuestras necesidades?
Puede parecer utópico pensar que se dejará a un lado por completo el uso de ellxs, pero también es necesario plantear la problemática del manejo inadecuado, maltrato e incluso abandono de quienes dan su vida por completo sin opción y que reciben en el proceso y al final desatención, crueldad y olvido.
En la muy directa experiencia con perrxs de terapia y de rescate de Perrodrigo González, especialista en psicología canina, fue testigo de muchos abusos de parte de los supuestos expertos que actuaban con errores abrazados a su ego y a sus objetivos personales y banales, desde la selección del binomio perrx-humanx por cuestiones de conveniencia, hasta la aplicación del sistema sin trabajar de raíz las capacidades naturales y las limitantes del individux humanx y del can. Lo que concluyó como trabajos envueltos en desconsideraciones de capacidades y de adaptación a los diferentes entornos en los que se trabajaba, incluyendo las variantes de comportamiento social, es decir, humanxs que podían reaccionar de maneras inesperadas y hasta violentas.
Pero, aun con una supuesta selección adecuada del individuo can (no por adquisición sino con el que ya vives y que te interesa meter en el programa) el entrenamiento podría ser muy injusto, desde el uso del collar de castigo (cadena de asfixia) como una herramienta común y normalizada, hasta llevar a “lxs alumnxs” perrxs a niveles de estrés que terminaban por bloquearlos y perder el interés en los ejercicios o incluso a transformar su carácter de por vida, hasta convertirles en seres antisociales por ser ansiosos y agresivos.
Actualmente, en esta época digital en la que es mucha la información que tenemos sobre el tema de los animales de servicio, la aplicación es poca o nada en lo que sucede del proceso para lograr que un perro sea operativo (funcional para el objetivo). Tampoco hay interés sobre la calidad de vida de los perrxs y de sus estados finales porque, si bien todos recordamos a nivel mundial a la perra Frida, rescatista sobresaliente en el temblor de México en 2017, nadie se pregunta qué pasará con ella y con los muchos perros que sirven (y han servido) a las instituciones de gobierno que, a diferencia de otros países en donde suelen ser los compañeros de por vida de los conductores (acompañantes de misión), y viven con ellos en sus casas y ahí pasarán sus últimos años de vida ya sin ser de servicio, en México serán eliminados por inservibles y asesinados (“sacrificados”/eutanasiados) ya que, al ser un gasto no funcional, por su edad avanzada o alguna lesión costosa, siempre será mas viable la opción de matarles.
En el caso de los particulares que participan en estas actividades, si bien puede que se dé un trato y un final más digno, siempre dependerá de cada caso, porque también hay quien entra a esta actividad sin la más remota idea del sacrificio económico, físico y emocional que conlleva la interacción con estos animales.
Así que vale la pena plantearnos preguntas básicas para no ser parte de un maltrato disfrazado de una buena acción (siempre en nuestro beneficio no de los animales no humanos): primero si es que realmente le interesa o no al animal y si es que disfruta o no la actividad (en la mayoría de los casos la respuesta es negativa).
El proceso de enseñanza ¿es realmente impartido por personal capacitado? y esto no solo lo demuestran sus diplomas o años en la materia. Hay que ser muy observador y comparar técnicas y ante todo las reacciones de los animales, que siempre tendrían que verse felices y cooperativos.
Es de principal importancia que no entremos a estas actividades por alimentar nuestro ego y vanidad porque sin importad la seriedad de la institución o asociación siempre terminará en una muy mala experiencia para el can.
Hoy en día parece sobresaliente que se esté trabajando con perrxs para detectar el Covid 19 (como ya se ha trabajado con diversos tipos de cáncer también), pero lo que nosotrxs preguntamos es si es más importante el resultado de esta propuesta o la raíz de su existencia, o sea: el abuso de nuestra especie hacia otras hasta para esparcir enfermedades zoonóticas donde, tanto el cruel manejo al igual que el fin solo demuestran y refuerzan el especismo y nuestra más obscura y brutal actitud y falta de respeto a la vida misma, incluida nuestra existencia.
¡No apoyes las actividades con animales de servicio! Estos animales, en la mayoría de los casos son sólo esclavos y, en todos los casos, están cumpliendo fines de otros individuos y no sus propios intereses.
Corta las cadenas de explotación y di no al especismo.