Los santuarios son espacios que dan hogar a los animales que han sido liberados de alguna de las industrias de explotación especista. En ellos se busca que puedan vivir una vida plena, fuera de todas las prácticas que atentan contra su vida y su bienestar.
En el activismo por la liberación animal es de suma importancia contar con estos espacios de confianza, donde los animales puedan estar fuera de la cadena de explotación y sean tratados con la dignidad que merecen todxs los animales.
Los santuarios, a diferencia de los criaderos, zoológicos, ranchos y las granjas, actúan en beneficio de los animales, para crear espacios en función de las necesidades de sus habitantes. Esto les da la importancia que merecen y por esta misma razón no están abiertos al público en general, principalmente para no generar estrés en los animales y porque algunas personas podrían empezar a considerar estos espacios como entretenimiento (y no lo son), lo cual hay que tomar en cuenta cuando queremos ponernos en contacto con algún santuario.
Los santuarios no solo tienen la función de proteger a los animales no humanxs, sino también de educar a las personas humanas, respecto a que los animales no humanxs no deben ser usados, explotadxs o asesinadxs. Esta educación genera un impacto directo sobre los animales y la población general que se entera de las actividades y de las vidas de los residentes de un santuario a través de redes sociales pero, también, hay un impacto directo en los activistas que luchan por la liberación animal, ya que los santuarios son una prueba tangible de que el cambio es posible, lo que genera esperanza y amplía la visión sobre las soluciones pragmáticas ante las practicas esclavistas que sufren los animales por parte del sistema especista.
Los animales que viven en estos espacios presentan grandes cambios en sus comportamientos debido a que dejan de ser violentados por los humanxs y ahora habitan un ambiente pacifico. Ellos dejan de tener comportamientos típicos del encierro y la violencia, que son contrarios a su naturaleza, mostrando, por fin, sus verdaderas personalidades, interactúan con otrxs de una manera más natural y propia de su especie, juegan, corren, son curiosos y además pueden desarrollar sus cuerpos adecuadamente sin la artificialidad que se busca en centros de explotación para que lleguen a pesos definidos por industrias o individuos humanxs.
Como estos espacios realizan sus actividades sin fines de lucro, todo el mantenimiento de los animales y del espacio sale de la bolsa de los cuidadores y de las donaciones que hace la comunidad. Teniendo en cuenta que es un trabajo constante a lo largo de la larga vida de los animales, ahora en libertad, en la cual es necesario construir espacios, pagar por consultas, brindar atención médica, dar alimento y mantenimiento en general, es vital que todas las personas apoyemos a que estos espacios continúen ayudando a todxs lxs animales posibles.
Nosotros podemos aportar con donaciones, ya sean económicas o en especie, apadrinamiento de algunos de los animales, hacer voluntariado, compartir sus contenidos y mostrar la importancia de los santuarios con otras personas para que tengan más apoyo. Si tú conoces algún santuario: contáctalos y pregunta cómo puedes ayudar. Algunos tienen programas de voluntariados y la mano de obra para bañar animales, construir corrales, limpiar espacios y trasladar alimento es siempre necesaria.
Si tú eres un activista por la liberación animal considera visitarles (siempre preguntando antes si eres bienvenidx), no sólo estarás ayudando directamente a los animales si no que tendrá un resultado muy positivo sobre tu vida y tus emociones el conocer animales rescatados y ahora en libertad. Desde diferentes perspectivas sobre cómo contender con el post-trauma del activismo y de la convivencia en entornos especistas, así como desde el entendimiento sobre la importancia del cuidado personal de los activistas, se considera que las visitas, o incluso estancias, en los santuarios son ejercicios terapéuticos necesarios para la continuidad del activismo y la salud comunitaria.
Así que no lo pienses más ¡contáctales! Y ¡ayúdales!
Y ¡muchas gracias rescatistas, ciudadores y benefactores! Por todo lo que hacen por ellxs.