El especismo, como la práctica discriminatoria que afecta directamente a todxs lxs animales del planeta, no es una violencia aislada, sino un sistema de opresión, que puede ser hallado en prácticamente todas las esferas de la vida social, desde la alimentación y el entretenimiento, hasta la política, la cultura y la esfera comercial. Como todo sistema, su supervivencia depende de todos los eslabones en los que se imbrica: la vida cotidiana, las ideologías, las costumbres, la vida laboral, para algunos incluso, en la religión también. 

Esto significa que abolir el especismo es una tarea compleja que requiere multiplicidad de estrategias y de acciones en, no una sino, todas las áreas de la sociedad, como la economía, la educación y, por supuesto, la gobernabilidad. 

Mientras pervivan los sistemas políticos jerárquicos y basados en la dominación será necesario también que lxs activistas incidamos en estos espacios para buscar que, desde la ética, se minimice, hasta abolir, toda forma de violencia y aspiremos a sistemas justos donde los gobiernos dejen de cosificar vidas y de reproducir la idea de que todo cuanto habita este planeta es un “recurso”, puesto que es falso y profundamente violento este planteamiento. 

De manera que la lucha antiespecista, para contender con los gobiernos y empresas especistas, requiere de al menos dos estrategias: la colaboración en búsqueda del cese de toda forma de violencia hacia lxs demás animales (lo que puede suceder desde el asesoramiento, la exigencia pública, los diversos mecanismos de participación ciudadana o la educación de lxs gobernantes) y/o la desobediencia civil, como una postura radical contraria a acatar el especismo cotidiano. 

La primera estrategia es más fácil de entender pero, ¿cómo podemos desarrollar la desobediencia civil frente al especismo sistemático? En palabras de Mahatma Ghandi: “Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer”. 

Recordemos que las leyes especistas consienten toda esclavitud, matanza y forzamiento en animales de otras especies, incluso regulan el sometimiento con violencia. Las mismas leyes, además, incentivan el especismo y la normalización de la violencia. Además, las leyes y los gobiernos exigen que nos sometamos también nosotrxs a prácticas injustas como pagar impuestos para las actividades especistas.

Esto significa que, forzadxs y manipuladxs por las leyes, contribuimos con nuestro dinero a abaratar los costos de producción de la explotación animal y el enriquecimiento de lxs explotadores de animales cada vez que pagamos el IVA o el ISR, casetas en carreteras o cualquier otro mecanismo de recolección hacendaria destinada al “gasto público”. 

El contrato social implícito en la gobernabilidad es manipulatorio a tal escala que tú, sin aceptar, estás pagando por matar bebés, violar hembras de diversas especies, deforestar y contaminar brutalmente. Todo lo que desearías que no existiera ¿cierto? Pero el acuerdo tácito en pagar impuestos es que el gobierno elija en qué serán gastados y eso incluye, en una muy grande proporción, el especismo. 

Así que oponerse a los impuestos (aunque estos sean legales) es solo lógico. Pero, otro problema (por si faltaban más) es que pagar impuestos es obligatorio, a pesar de que el uso del dinero público, como se hace actualmente, contradiga una buena cantidad de artículos de la misma Constitución, incluyendo no sólo la libertad de credo (que bien puede incluir la ética antiespecista) sino también el derecho a una alimentación saludable, nutritiva y sustentable. 

Entonces ¿Cómo construir caminos frente al especismo sistemático? 

1.Desde la radicalidad y la desobediencia civil: no pago impuestos mientras mi dinero sea utilizado para violentar a otrxs. 

Esta apuesta, si bien puede parecer imposible a simple vista, es tan sencilla como la de adoptar una alimentación completamente vegetal, es decir, requiere ajustes en la práctica diaria y en las decisiones del día a día, por ejemplo, salir de la formalidad laboral y el consumo en entornos normados. Esto no significa dejar de laborar en absoluto, pero sí dejar de hacerlo en espacios donde se destina parte de tu ingreso a Hacienda, así como dejar de comprar en espacios otros que no sean directamente a los productores. Por supuesto, esta estrategia puede no ser infalible, ante la dominación sistemática de los impuestos, sin embargo, es posible vivir fuera de lo establecido por completo, o llevando a la práctica sólo aquello posible dentro de nuestras prácticas. En realidad nada de esto es imposible, en México y en el mundo, activistas anarquistas tienen muchos años trabajando y viviendo fuera del violento sistema, apelando al libre albedrío y dejando de contribuir a la violencia sistemática. Incluso algunos de nuestros brigadistas practican la desobediencia civil contra el pago de impuestos en la vivienda, el trabajo y productos de primera necesidad desde hace años. 

2. Desde la educación crítica. 

Indudablemente, como una estrategia primordial en contra de la violencia sistematizada, la educación, no sólo escolarizada, sino desde todo producto cultural, es una necesidad. 

Solo a través de cambios fundamentales en la ideología popular y la práctica ética será posible desestructurar la normalidad actual que impone violentamente, y sin aparentes cuestionamientos, que otrxs animales existen para nuestro uso. 

La educación antiespecista es imprescindible y es, quizás, la estrategia más poderosa frente a la opresión y las injusticias planetarias. Debemos promoverla en todos los espacios, particularmente en centros educativos de todos los niveles y en espacios gubernamentales. 

3. Desde la transición alimentaria para fomentar una agricultura libre de especismo y una producción ética que motive consumos éticos. 

Las prácticas comerciales deben cambiar. Las políticas públicas también. Será solo hasta que las empresas y los gobiernos alcancen los ideales y prácticas éticas que lograremos una alineación entre la sociedad, la justicia y los ciclos naturales de la vida. Las fábricas de cuerpos y la vendimia de personas que existe hoy en día bajo el nombre de la ganadería, piscicultura o apicultura deben desaparecer. 

Los gobiernos y las empresas deben fomentar la producción ética antiespecista por encima de toda ganancia comercial, así como garantizar el acceso a alimentos de calidad libres de todas las problemáticas de sustentabilidad, contaminación y violencia que significan las industrias especistas. 

Es necesario virar con urgencia hacia otros negocios, otras formas de alimentarnos y otras maneras de convivir con lxs demás seres sintientes. 

Además sabemos que, no sólo es posible, sino que es una realidad en construcción, pues el mercado global ya ha iniciado esta transición que más y más necesita ser incentivada. 

Te presentamos algunos datos de México y el mundo para ejemplificar cómo la realidad está cambiando a una alimentación basada en plantas:

  • México es el país con mayor número de vegetarianxs y veganxs en Latinoamérica. De acuerdo con diversas encuestas realizadas en los últimos años, incluída una de 2021 de excelsior.com, el 20% de lxs mexicanxs ya son veganxs o vegetarianxs en transición. Además un 15% extra ha declarado que casi no come carne. 
  • Otra encuesta muestra que el 19% de lxs mexicanxs son lactovegetarianxs, 15% flexitarianxs (mínimo consumo de carne) y el 9% veganxs, lo que indica que el 43% de la población mexicana está en contra de la alimentación basada en la explotación animal y está mostrando desde su consumo el cambio que quiere ver.
  • La marca Desserto, de Guadalajara, no deja de impresionar a lxs consumidores y emprendedores de la industria de los textiles con su cuero de cactus, que ha ganado un sinfín de premios desde su lanzamiento al mercado. Empresas mexicanas de alimentos cien por ciento vegetales (como Delike, que nació en la Ciudad de México en 2019 y este año lanzó sus primeros Veggie Bites) siguen teniendo cada vez más presencia en los estantes de los supermercados y restaurantes del país. 
  • La empresa mexicana de alimentos vegetales Heartbest Foods, que distribuye sus productos alrededor del país, anunció este año el lanzamiento de su nueva plataforma de e-commerce, donde lxs clientes pueden adquirir sus leches veganas en compras únicas por medio de su modelo de suscripción, mientras Gerardo Iga, el fundador y CEO de Mr. Tofu, una cadena de tiendas veganas de México, dijo a Vegconomist en español que “el crecimiento tanto de Mr. Tofu como del veganismo en México ha sido exponencial en estos 7 años que llevamos en el mercado.”

En otros países:

  • En 2016 se realizó una encuesta en Inglaterra, por The vegan society, en la que se encontró que la población vegana incrementó de 150,000 a 542,000 personas en solamente diez años.
  • En Suecia hubo un aumento del 3 al 10% de a una alimentación vegetariana de 2007 a 2014; en Alemania, se pasó de un 9 a un 11% de 2009 a 2017.
  • El número de veganxs en Gran Bretaña se cuadruplicó entre 2014 y 2019. 
  • Por su parte, el departamento de Agricultura Estadounidense ha declarado que si los Estados Unidos se hiciera un país vegano, la población de 327 millones de personas podría ser alimentada, además de 350 millones más, aproximadamente.
  • En una encuesta de Wunderman Thompson Intelligence de 2019 que se hizo con adolescentes y adultxs jóvenes en nueve mercados asiáticos, el 56% de lxs encuestadxs dice que está tratando de comer menos carne.
  • En España, la población vegana ha crecido del 7.9% en 2019 a 13% en 2021 (5.1 millones de consumidorxs adultxs).

A nivel global, el mercado y también está cambiando:

  • Un informe de mercado elaborado por Global Market Insights ha proyectado una CAGR (Tasa de crecimiento anual compuesta, por sus siglas en inglés) del 17% para el mercado de las proteínas alternativas entre 2021 y 2027.
  • Un informe de Bloomberg Intelligence, titulado Plant-Based Foods Poised for Explosive Growth, ha pronosticado que el valor del mercado plant-based se disparará de 29.400 millones de dólares en 2020 a 162.000 millones de dólares en 2030.
  • Se proyecta que el valor del mercado de las proteínas vegetales en todo el mundo alcanzará un valor de 27,900 mdd en 2025. Proyecciones de Market Research Future elevan la cifra a 37,981 mdd.
  • Se prevé que el mercado de productos para el cuidado de la piel a base de plantas supere una valoración de 683 millones de dólares en 2021. 
  • De acuerdo con la consultora de mercado Swissquote, para 2026, se proyecta que el mercado vegetariano global tendrá un valor de más de USD 24.000 millones.
  • En diciembre de 2017, Modern Baker (panadería Británica basada en plantas) obtuvo fondos del gobierno británico “Agencia Innovate” del Reino Unido para investigar los beneficios del pan para la salud: “nuestro pan es más saludable y buscamos hacerlo escalable, para que esté disponible para un público más amplio”. En julio de 2018, la empresa consiguió su cuarta financiación consecutiva premio de Innovate UK.
  • Asia está cambiando a una alimentación basada en plantas: La startup Karana, con sede en Singapur, obtiene jaca orgánica de pequeñas granjas en Sri Lanka para crear su alternativa similar a la carne de cerdo. Karana recaudó $1.7 millones en fondos iniciales de inversionistas, incluidos Tyson Foods y Big Idea Ventures, con un enfoque en aumentar la producción comercial y desarrollar una línea de productos basados en plantas listos para cocinar.

Alentadores artículos con títulos como “El fin de la carne” o “frases como el imparable crecimiento del veganismo”, anuncian el inminente cambio. Sin embargo, es importante tomar en nuestras manos que este cambio esté sustentado por el antiespecismo y por un consumo ético que rechace cualquier tipo de violencia, tanto a lxs animales no humanxs como a lxs humanxs.

4. Todo gasto público en la explotación animal debe detenerse. 

No sólo hablamos de los subsidios a la ganadería, pesca y otras actividades especistas, sino también de la investigación arcaica en animales financiada por fines de experimentación o de las mal llamadas prácticas de “producción animal” y “bienestar animal”, que en realidad significan lo contrario al bienestar para lxs animales. 

Colocar dinero público en el especismo no es ético, ni para lxs animales no humanxs ni para lxs humanxs que debemos vivir con las consecuencias a la salud, al ambiente, a la justicia social y a la ética, de matar animales y condenarlxs a vidas absolutamente horroríficas desde su concepción y hasta su muerte. 

Únete a nuestra campaña en contra de los subsidios al especismo y exige con nosotrxs ¡Alimento y Vida Para Todxs! 

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Referencias

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