Los días de muertos en México son una festividad y tradición tan querida y característica a nivel nacional como los tacos. Resulta difícil imaginarnos como mexicanos sin ella y, sorprendentemente, es una de las pocas tradiciones que no implican necesariamente el asesinato de animales para su uso ritual o alimentario (como en navidad o en el día de la independencia), y que, por el contrario, hallan un espacio para resignificar la muerte de otras especies, o al menos eso hacemos con las ofrendas antiespecistas.

Los días de muertos son días para recordar a aquellxs personas que eran queridas y ya no se hallan con vida en nuestro mundo. Desde la concepción antropocentrista, pudiera parecer que esta consideración es aplicable sólo para personas humanas, sin embargo, cada vez más, las ofrendas se llenan de nuestros familiares no humanxs que cumplieron un papel especial en nuestras vidas y ya no se encuentran con nosotrxs.

Además de estas ofrendas familiares, las ofrendas antiespecistas son otro espacio vital para recordar a otrxs animales que han muerto y que, además, ha sido así por causa de la violencia especista que confina a lxs animalxs no humanxs a espacios de esclavitud, explotación, uso, mutilación, violación y decenas de horrores más.

Nuestras ofrendas antiespecistas existen para recordar al mundo humanx que existen más especies de animales que perrxs y gatxs, y que, en su mayoría, estos otrxs animales la están pasando terrible en vida al interior de granjas, laboratorios, mercados y tiendas.

Si bien, la muerte es el efecto terminal que resulta de la incapacidad de un ser vivo de mantener una condición interna estable, dando fin a la réplica de células del ser, la muerte de lxs animales no humanxs se presenta por causas no naturales la mayoría de las veces. Recordemos que el 99% de los animales que habitan el planeta mueren a manos de los humanxs, la mayoría de ellxs, en mataderos.

Independientemente de los tabúes, la muerte natural es parte intrínseca del ciclo de la vida y en todos los hábitats es necesaria para mantener el continuo equilibrio que representa la vida. El número de muertes y de nacimientos de los diferentes individuxs en la naturaleza mantiene saludables a los ecosistemas, lo que evita que éstos colapsen a un punto en el cual la vida no sea sostenible.

Sin embargo, el crecimiento de la humanidad, sus patrones de consumo insostenibles, la generación de residuos, la deforestación, la quema de hidrocarburos, las actividades especistas como la ganadería y en general la actividad humana, han generado la muerte de miles de millones de animales, plantas y hongos llegando a extinguir totalmente a miles de especies, lo que ha desequilibrado totalmente casi todos los ecosistemas, llevando al planeta a una extinción masiva que amenaza a todas las formas de vida.

Las extinciones masivas son eventos en los cuales hasta un 94% de todas las especies se extinguen. Anteriormente existían por causas como colisiones de meteoritos de varios kilómetros, erupciones volcánicas masivas, supernovas cercanas o movimientos sísmicos masivos. Hoy en día, lxs humanxs hemos desencadenado una ola de extinción y declive de las poblaciones de animales que es comparable, tanto en velocidad como en magnitud, con las cinco previas extinciones masivas de la historia de la Tierra.

Como humanxs es nuestra responsabilidad un inmediato cambio de mentalidad y de comportamiento que den paso a la recuperación de la vida y diversidad de los demás seres vivos con los cuales compartimos el planeta.

Estos días de muertos no solo recuerdes a tus seres queridxs humanxs. Alza la voz por todxs los animales muriendo en el planeta.

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