Caso específico: eventos de OEFFEX – “Animalia”, Ciudad de México.

A las y los asistentes al evento Animalia, a las autoridades pertinentes, a las personas relacionadas con el evento, a los medios de comunicación, a los activistas y al público en general:

De acuerdo con la Unión por la Conservación de la Naturaleza (UCN), México se encuentra dentro de los países megadiversos; no obstante, al mismo tiempo, éste ocupa los primeros lugares en número de especies animales bajo amenaza. Por esta razón, la SEMARNAT diseñó (y asignó permisos en consecuencia) algunas herramientas como las UMAs (Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre) o PIMVS (personas físicas o morales responsables o propietarios de parques zoológicos o de espectáculos públicos, fijos o itinerantes, circos, o predios e instalaciones que manejen vida silvestre fuera de su hábitat natural); estrategias creadas para apoyar proyectos de “aprovechamiento sustentable” de flora y fauna. Este tipo de estrategias resulta problemático ya que, desde la definición y el uso del término “aprovechamiento”, se está dando por sentado que los animales, para estos programas, son “recursos” para uso y explotación, basándose así en una lógica que superpone los intereses humanos frente a los intereses de otras especies (este tipo de discriminación se denomina especismo).

Ahora bien, aunque estas herramientas surgen en la década de los noventa, casi treinta años después (2018), se sigue registrando una alarmante pérdida de biodiversidad mexicana, lo que significa que estos programas no están solucionando o deteniendo el problema. Actualmente no existen registros o estudios que determinen un impacto significativamente positivo y directo del mascotismo de especies exóticas sobre la conservación de poblaciones o especies animales en la naturaleza. Si bien la actividad se defiende bajo el argumento de que mitiga la demanda de animales en el comercio ilegal, es también pertinente que se reconozca que la actividad, aún legal, normaliza y legitima la visión de cosificar a los animales, lo que mantiene y reproduce las relaciones de poder de humanos sobre los animales, y por lo tanto promueve directamente la demanda y consumo de animales por la vía legal, e indirectamente promueve el comercio ilegal de éstos al posicionarlos como productos de consumo.

Lo que sí se ha registrado, es el impacto negativo del mascotismo que ingresa fauna exótica en ambientes ajenos a su ecosistema, la cual puede convertirse en invasora y traer consigo problemas como: desplazamiento de especies nativas o cambios negativos en las dinámicas de los ecosistemas. Otros problemas directos para el humano, por la tenencia de especies exóticas en los hogares, son la introducción de enfermedades o casos de “ataques de mascotas a sus dueños”.

La Organización de Eventos de Fauna y Flora Exótica (OEFFEX) es una empresa que aparece en 2015 y se dedica a la organización de eventos en los que se exponen ejemplares de animales exóticos. Durante sus eventos son vendidos este tipo de animales y se mantienen en contacto constante con los asistentes, lo que resulta en una práctica estresante y sin higiene para los mismos. Entre los animales que ofertan se encuentran serpientes, tortugas, anfibios, insectos, mamíferos, aves, roedores, entre muchas otras especies, que, debido a su naturaleza silvestre, no deberían de convivir con humanos, en primer lugar y, en muchos casos, tampoco entre ellas.

Desde 2015, la empresa señalada, ha realizado cinco eventos de venta de animales exóticos de nombre ANIMALIA y planea realizar, al menos, un par más este 2018, siendo el primero los próximos 16 y 17 de junio en el Centro de Convenciones y Exposiciones Tlatelolco. Desafortunadamente, incluso si la empresa dice que antes de comprar a un animal “debes informarte de las necesidades y cuidados que exige cada especie, ya que, desde el momento de adquirir algún ejemplar, te conviertes en el responsable de su bienestar”; hacer esta advertencia e impartir un par de cursos no significa necesariamente que la tenencia de animales será responsable. Pensemos que los perros y gatos, que son animales mucho más comunes y considerados “mascotas” o domésticos, sufren violencia en muchos hogares en donde se les pega, ignora, encierra, alimenta inadecuadamente, etcétera; aun cuando estos animales son más comunes y percibidos como amigables, de manera que es válido cuestionar la tenencia y bienestar de los animales en los hogares humanos. Dado que el índice de maltrato animal es altísimo en nuestro país: ¿por qué creeríamos que las personas sabrán tratar adecuadamente a animales exóticos? si ya desde el inicio quieren encerrarlos en espacios limitados y con nula convivencia con otros como ellos (lo que significa que no puedan desenvolverse ni socializar acorde a las necesidades de su especie).

OEFFEX insta al público general a “entrar en el mundo de lo exótico”, usando este enunciado como una invitación publicitaria, también señala que su evento es una “fiesta” con “escamas, plumas, caparazones, colmillos, garras” pero, lo que no señala es que lo que presenta como “fiesta” significa el confinamiento, maltrato, uso e invitación a la objetización de seres sintientes.

Los animales silvestres, aún aquellos que han nacido en cautiverio, no tienen interés en servirnos de compañía o artilugio, sin importar que puedan sobrevivir en condiciones creadas y que buscan ser higiénicas como cajas, botes, tuppers, peceras, vitrinas, jaulas, etcétera. Los animales, de cualquier especie, tienen sus propios instintos, interés y sentimientos respecto a vivir en un ambiente apropiado a su naturaleza y para mantener la continuidad de su progenie.

Cabe señalar que, aún cuando sea legal la venta de los animales específicos que se presentan en estos eventos, eso no significa que sea correcto, ¿quién pensaría que es ético o adecuado para un cocodrilo o un ornitorrinco ser usado como entretenimiento? O peor aún: vivir en un espacio cerrado (hogar de su comprador) sin convivir con su propia especie ni realizar actividades regulares que desarrollaría en libertad.

De acuerdo con la empresa OEFFEX, ellos sólo venden animales completamente legales y en buen estado de salud; sin embargo, resulta dudoso que un animal confinado y obligado a estar inmóvil o a moverse en momentos específicos para entretenimiento, se encuentre bien y en un estado libre de estrés. Surge necesariamente la pregunta: ¿algo es correcto sólo porque es legal?, ¿la legalidad está considerando el desarrollo y vida adecuada de los animales? Aun cuando las investigaciones científicas muestran que la “tenencia” de éstos no es sino en perjurio de los legítimos intereses de los animales no humanos.

De acuerdo con la A.C. ambiental NATURALUS, de cada diez aves traficadas mueren 9, ya que pasan varios días sin agua, sin comida y sin poder moverse, por lo que comprar aves significa contribuir a esto. Sin embargo, las consideraciones de la compra legal de animales exóticos no son muy diferentes, dado que dichos animales requieren de otros hábitats y una socialización distinta a la que se les puede ofrecer en hogares humanos; esto aunado a los daños derivados de las condiciones de extracción, traslado y exhibición de los animales.

Resulta importante notar que, aunque OEFFEX pueda señalar que sus prácticas intentan enseñar sobre manejo de fauna exótica, sí son una empresa que lucra con la vida de los animales, al contrario de las organizaciones, todas sin fines de lucro, que se han encargado de señalar la ausencia de ética, higiene o pedagogía adecuada en los eventos realizados por la empresa. Es vital comprender que los objetivos de las empresas y organizaciones definen su actuar y sus discursos, por lo que no es sorpresa que la empresa se defienda diciendo que ellos imparten talleres para que se trate “adecuadamente” a los animales. En este sentido, las preguntas obvias son: ¿un taller de algunas horas puede educar adecuadamente a una persona común para saber cómo tratar a un animal exótico? Los especialistas estudian años para eso, ¿cómo pensar que un niño o sus padres aprenderán suficiente en unas horas y luego serán responsables de la vida de estos animales?, ¿es ético encerrar en jaulas o peceras a animales que en sus hábitats son libres y conviven con otros de sus especies?, ¿es realmente ayudar a la “conservación de especies” enjaular animales para el entretenimiento familiar?, el aprendizaje y la pedagogía ¿no tienen otras estrategias de enseñanza que la de mostrar a un animal en cautiverio?

En este sentido, consideremos reflexiva y éticamente: ¿los animales son “productos comerciales”? y ¿es ético lucrar con la vida de seres sintientes? Es vital señalar que el aprendizaje de centenares de niños y familias no debe estar mediado por prácticas violentas, como lo es el cautiverio de animales. La pedagogía ha desarrollado muchas estrategias visuales y epistémicas desde hace más de cincuenta años, para promover el aprendizaje a distancia; es decir, no es necesario estar en la guerra para conocer de ésta, podemos aprender al respecto en documentales, libros ilustrados y otros productos de aprendizaje, por ejemplo. Asimismo, no necesitamos ver a un reptil en envases plásticos (o de cristal) donde apenas caben ellos, como sucede en los eventos de Animalia, para saber que ellos existen, que son diferentes a los humanos y que quieren vivir: razones fundamentales para entender que ellos merecen sus vidas en libertad y con respeto.

Por todo lo anterior, la tenencia de fauna silvestre, entendida como objetos o productos de consumo humano, bajo una mirada que objetiza a los animales y los ve como bienes suntuarios, superficiales y prescindibles, no es benéfica ni para los individuos animales, ni para la biodiversidad.

El aprecio, respeto y admiración por la fauna debe ser promovida por la permanencia de ésta en los hábitats que les dieron origen. Si realmente queremos apoyar su conservación, una forma efectiva es la de promover proyectos de conservación in situ. Promovamos y entendamos que podemos y debemos cambiar la forma en la que nos relacionamos con la vida animal, dado que los animales son seres sintientes y, como humanos, nos corresponde relacionarnos con ellos de modo consciente.

Finalmente, consideramos que las prácticas de OEFFEX y otras empresas e individuos que comercian con animales exóticos, deben detenerse ante la inminente reproducción de violencia derivada del lucro de animales y el daño a la biodiversidad. Así mismo, exigimos el cese de agresiones y difamaciones contra académicos, investigadores y activistas que han señalado el inadecuado manejo de los animales en el evento ANIMALIA y que se han manifestado contra las prácticas de OEFFEX.

Invitamos a la sociedad en general a reflexionar sobre este tema y a posicionarse en contra de los abusos y la violencia que día tras día sufren los animales exóticos y no exóticos bajo una visión que los cosifica y busca lucrar con sus vidas. Instamos a la sociedad a accionar a favor de la libertad y el respeto que la vida animal merece.

Firmantes:

  • Brigada Animal México
  • Proyecto Gran Simio – México
  • Colectivamente Libres
  • DxE México – Acción Directa en Todas Partes
  • Anonymous for the Voiceless – México
  • Animalxs Todxs – Colaborativa Antiespecista
  • PLAN Por la Liberación Animal
  • Pro Fauna Silvestre Animalis


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