Sufrimiento de Animales en la Naturaleza

Muchas personas creen que la naturaleza es algún tipo de paraíso donde los animales tienen vidas felices. La realidad es que la mayoría de animales en la naturaleza están en continuo riesgo de sufrir y/o morir por varios motivos.

La gran mayoría de animales muere poco después de nacer. Esto ocurre debido a que las estrategias reproductivas predominantes provocan que la mayoría de animales muera durante la infancia. Hay animales que tienen una alta tasa de supervivencia en la infancia, pero incluso éstos suelen morir antes de alcanzar la madurez.

A menudo, se piensa que en la naturaleza sólo mueren los animales enfermos y de edad avanzada, mientras que los jóvenes y sanos tienen vidas felices. Esto se considera positivo porque la muerte de animales ancianos y enfermos los alivia del dolor y la angustia que de otro modo experimentarían debido a enfermedades o a otros daños relacionados con la edad. Sin embargo, existen evidencias que sugieren que no ocurre así.

Otras maneras en que los animales pueden verse dañados en el mundo salvaje por razones naturales son:

  • Desnutrición, hambre y sed en los animales salvajes

Uno de los factores más importantes que limitan el crecimiento de las poblaciones de animales es la falta de comida y agua, que puede matar a una gran cantidad de éstos. Podemos imaginar cuánto sufrimiento provoca. La principal causa de inanición para los animales en la naturaleza es sencillamente el hecho de nacer en un entorno en el que no hay comida para todxs.

Imagen de una osa polar desnutrida captada por la fotógrafa Kerstin Langenberger.
  • Enfermedades en la naturaleza

Los animales que viven en la naturaleza pueden sufrir muchos tipos diferentes de enfermedades. Algunas de ellas son muy dolorosas, y pueden provocarles una muerte lenta. Incluso las que no son letales les provocan también un gran sufrimiento. Los daños que provocan las enfermedades se agravan debido a la falta de acceso a tratamiento y, en ocasiones, por la ausencia de oportunidades para descansar y recuperarse. Hay tantas enfermedades que les afectan que no podríamos hacer una lista completa.

  • Los daños físicos que sufren los animales en el mundo salvaje

Las lesiones pueden matar a los animales, o pueden incapacitarlos de forma letal, como en ciertos tipos de mutilación. En otros casos, aunque sobrevivan, pueden quedar parcialmente mutilados o sufrir dolores crónicos, lo cual puede acortar mucho sus vidas. En un sentido amplio, podemos dividir las causas de los daños físicos en tres categorías principales: conflictos con otros animales, accidentes, y daños provocados por condiciones climáticas extremas y desastres naturales.

  • Condiciones climáticas

Las tormentas son un peligro para los animales que no pueden buscar refugio. Los animales marinos pueden ser arrojados contra las rocas durante la tormenta. Las aves acuáticas son golpeadas por bolas de hielo durante las tormentas de granizo. Esto puede provocar un daño a los órganos internos, la rotura de alas y extremidades, y lesiones oculares. La sobreexposición al sol puede producir quemaduras solares, cuya gravedad puede ir desde quemaduras leves hasta la destrucción completa de la piel y los tejidos subyacentes. Las heridas más graves pueden ser letales. El clima frío también puede causar lesiones por congelación.

  • Animales en desastres naturales

Los terremotos, los huracanes, las erupciones volcánicas, los tsunamis y los incendios forestales pueden provocar un gran sufrimiento y la muerte de muchos animales. A pesar de que sería posible darles ayuda, la mayoría de animales afectados son dejados a su suerte, o soportan heridas debilitantes que con tratamiento podrían curarse.

Consecuencias de los incendios forestales en Australia, enero de 2020. Foto: Jo-Anne McArthur / We Animals Media.
  • Conflictos intraespecíficos

Los animales de la misma especie pueden tener conflictos y luchar entre ellos por diferentes razones, incluyendo el territorio, el acceso a parejas y el estatus social. Los animales de muchas especies también practican el canibalismo, el infanticidio, y luchan con sus hermanxs hasta la muerte.

  • Coerción sexual

La coerción sexual es habitual entre animales de la misma especie, y puede producirles importantes daños. Los machos de diferentes especies en ocasiones matan a las crías de otros machos para aparearse con sus madres. Además, algunos animales matan a aquellos con los que se aparean.

  • Estrés psicológico en los animales salvajes

Además de sufrir físicamente, muchos animales también soportan un importante estrés psicológico debido a la presión ambiental que tienen que afrontar. A menudo sufren miedo y angustia, o tristeza cuando sus crías u otros animales del grupo mueren.

Persis Eskander, investigadora en el Open Philanthropy Project, nos insta a reconocer que la naturaleza no es inherentemente buena o mala, sino más bien el resultado de un proceso evolutivo amoral. Para aquellxs que no pueden sobrevivir a la brutal indiferencia de su entorno, la vida suele ser una serie de malas experiencias, seguidas de una muerte aún peor.

Para tener en cuenta hasta qué punto las enfermedades perjudican a los animales salvajes, podemos pensar en el gran sufrimiento que estas producirían a los seres humanos antes de la llegada de la medicina moderna.

Enfermedades y parásitos les pueden provocar apatía, letargo, escalofríos, fiebre, úlceras, neumonía, inanición, comportamiento violento, reducción del acicalamiento y otros síntomas espantosos en el transcurso de días o semanas previos a la muerte.

Algunas enfermedades:
  • Peste negra en mariposas

Se llama así porque los afectados quedan aletargados, y su cuerpo comienza a descomponerse, volviéndose negro. Sus entrañas se empiezan a licuar, y a salir del cuerpo en descomposición. El virus ataca normalmente en la fase de oruga. El virus puede tardar hasta tres días en matar a la oruga. Los restos infectados del cuerpo licuado pueden extenderse fácilmente por las hojas, y luego propagarse por parásitos, infectando a las orugas que comen esas hojas.

  • Síndrome de deshidratación del abulón

Los abulones pueden morir por falta de alimento a causa del síndrome de deshidratación, una enfermedad debilitante. Esta enfermedad es producida por bacterias que consumen el revestimiento del tracto digestivo de los animales infectados.

  • Fibropapilomatosis en tortugas marinas

Es un virus que si bien puede desaparecer por sí solo, con frecuencia es letal. Se extiende mediante parásitos trematodos.

  • Cólera y malaria en aves

El cólera aviar es una enfermedad bacteriana común en aves que viven en climas templados y árticos. La malaria aviar, que puede ser letal, es una infección parasitaria en aves.

  • Enfermedades de la piel en anfibios

Son susceptibles a enfermedades mortíferas de la piel, como infecciones por hongos o ranavirus.

Algunos ranavirus también pueden infectar a otros anfibios y peces y, a veces, los ranavirus pueden transferirse entre diferentes grupos de especies.

  • Proliferación tóxica de algas que afecta a peces, mamíferos y aves

Las toxinas dañan el sistema nervioso central de los animales, y pueden afectarles de manera grave o matarlos. Los animales pueden entrar en contacto con estas toxinas al nadar, al beber agua contaminada, comer algas tóxicas o mediante la respiración. Otras algas no producen toxinas, pero consumen el oxígeno del agua al descomponerse, lo cual afecta a la respiración de peces e invertebrados. Las algas que se descomponen pueden también quedar atrapadas en las branquias de los peces, ahogándolos.

Fenómenos Naturales

Los terremotos, huracanes, erupciones volcánicas, tsunamis e incendios forestales pueden tener consecuencias devastadoras para los animales. En estos casos muchos se ahogan, o son enterrados vivos por arrastramientos de tierra, por las cenizas, la lava o la nieve. Otros son aplastados en madrigueras colapsadas o quemadas; aplastados por árboles, rocas o granizo. Y muchos sufren lesiones graves, incluyendo cortes y abrasiones en los ojos, alas y branquias; problemas respiratorios y digestivos, y erosiones en los dientes; desnutrición; y envenenamiento a causa del agua y la comida contaminadas.

Las fuertes erupciones volcánicas y los incendios pueden modificar de manera temporal el clima de la zona, enfriando o calentando el aire, cambiando el viento, o provocando lluvia.

Los animales pueden quedar desplazados al marcharse a lugares más seguros, o al ser atrapados por fuertes vientos o inundaciones. Si los animales desplazados se amontonan en una zona pequeña, corren el riesgo de sufrir brotes de enfermedades e infestaciones parasitarias.

Sí, los animales salvajes sufren, y debemos tratar de ayudarles mediante la búsqueda de intervenciones altruistas y positivas con base científica destinadas a mejorar sus vidas.

Es más probable que un procedimiento cuidadoso, gradual y fundamentado científicamente reduzca, en lugar de aumentar, el sufrimiento de estos seres. Incluso si una intervención implica riesgos importantes, deben equilibrarse con la catástrofe segura de no hacer nada. Es necesario que la tecnología y la experiencia en campo se usen. Debemos desarrollar la tecnología y las estrategias de rescate para que seamos capaces de llevar a cabo acciones preventivas y rescates efectivos.

Los seres humanxs pueden rescatar a animales en el mundo salvaje de varios desastres naturales, a los cuales a menudo no pueden hacer frente sin nuestra ayuda.

Simon Adamczyk lleva un koala rescatado en un bosque en llamas cerca de Cabo Borda, en la isla Canguro, al suroeste de Adelaida, Australia, el 7 de enero de 2020. Imagen de David Mariuz / AAP vía Reuters.

Pero es importante reflexionar sobre los animales que ayudamos pues, en su mayor parte, nuestros rescates se centran en los animales que ya viven con humanxs o que son usados por ellxs, y no en los que viven en la naturaleza. Si rechazamos el especismo, debemos expandir nuestros planes de rescate para incluir a éstos.

Puesto que los animales no humanos son seres sintientes que pueden sufrir como los seres humanos, debemos dar importancia a lo que les ocurre y, por lo tanto, ser afectados por lo que les hacemos; no tanto debido a que pertenezcan a una determinada especie o a un cierto ecosistema.

Debemos cambiar nuestra visión especista de los animales, para que podamos reconocer que podemos ayudarles y rescatarles de los desastres naturales.

Si eres una persona que está cerca del lugar donde hay animales afectadxs puedes ayudar, no sólo lxs rescatistas, brigadistas y médicos pueden hacerlo.

Los seres humanxs pueden rescatar a animales en el mundo salvaje de varios desastres naturales, a los cuales a menudo no pueden hacer frente sin nuestra ayuda.

Siempre que nos sea posible, y con el conocimiento adecuado, rescatemos animales atrapados. Ayudemos a lxs animales enfermxs y heridxs buscándoles atención médica.

Trabajemos juntxs incansablemente por un mejor futuro para todos los animales.

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